tag:blogger.com,1999:blog-33551061357704190152024-03-13T00:37:59.371-07:00Obras de José María Quiroga PláEste es un blog que recoge las obras de José María Quiroga PláUnknownnoreply@blogger.comBlogger11125tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-31148696653040496502011-09-06T01:32:00.000-07:002011-09-08T03:48:35.402-07:00Telegrama de madrugadaPaisajes vi, que ahora sueño <br />
en construido diamante <br />
a que ponen rubio andamio <br />
los violines del aire <br />
cribando, al sesgo, el arisco <br />
silencio de los pinares <br />
que en tu redonda mirada <br />
cotidianamente nacen. <br />
<br />
Voces oí. Y eran todas <br />
voces de las soledades <br />
que, desnudo nadador, <br />
Pasé a cuchillo, entrevisto <br />
ecuador de sus cristales<br />
—mas no esta voz espigada <br />
que ahora mi vida reparte, <br />
jugando luces y sombras <br />
en alternados escaques. <br />
<br />
Cifrado —como en apunte <br />
de escolar—, ya todo en clave <br />
viva, elemental, rizada <br />
de paréntesis y llaves, <br />
el mundo bajo tus dedos <br />
su gracia eterna contrae, <br />
rosa nueva en que mi vida <br />
resume el después y el antes. <br />
<br />
Vuelve las hojas —cuaderno <br />
o flor—: <br />
más adentro, el ángel <br />
verificador de sueños <br />
pone en verso tus mensajes, <br />
reduciendo al alfabeto <br />
nuestros sollozos distantes. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Carmen: época 1, año 1928, Junio, número 6-7</i><br />
<div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dx4H1SCC-YNbD6qqCq2Gr0f4Tm1vGOYXEZWTHy-o9OjrokMVE5A-xl3vJygWxomT96B-bFpomtx02njIYc6hQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i><br />
</i></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-174020797373804362011-09-06T01:24:00.000-07:002011-09-08T03:44:30.410-07:00Sueño de LotPara que llegues a mí,<br />
sobre los ríos del alba <br />
tiendo, de la noche al día,<br />
mis versos —puente de barcas. <br />
<br />
Pies, en las luces inciertas <br />
meciendo, en cada pisada, <br />
su descarnada blancura <br />
sobre el rosa de la planta. <br />
¡Y el funámbulo perfil <br />
—cabeza abajo— en las aguas! <br />
(La luna, empujando, cerca, <br />
su salvavidas de nácar). <br />
Balancín de los abiertos <br />
brazos. Manos que acompasan <br />
lo exacto del movimiento<br />
y acaban el gesto en ala. <br />
Trémulos labios en donde <br />
se va helando la palabra. <br />
<br />
Redondo brillo de estrellas <br />
ciñéndote las espaldas.<br />
—Qué ondular de mar dormida,<br />
pecho y desnuda garganta,<br />
el vientre, menudo, firme, <br />
acoraza tus entrañas, <br />
su recatado latido<br />
a tus caderas afianza<br />
—¡oh piedra viva, que el duro <br />
cincel de la noche talla! <br />
Con cada paso que das<br />
a vida mi amor te gana,<br />
y hacia tu pisar sonámbulo <br />
la ribera se adelanta, <br />
toda desembarcadero <br />
desmelenado en amarras. <br />
<br />
Eje de las horas, blanco <br />
donde mi aliento se clava: <br />
abiertos tengo los brazos <br />
y el silencio, a tu llegada. <br />
Asienta el pie en la ribera <br />
y da paz a mis miradas. <br />
En el lecho de tus frescas <br />
miradas recién regadas.<br />
—Su mano pone en mi mano. <br />
Hunde la frente en la almohada <br />
de mi hombro...<br />
en el barroso <br />
dintel de la matinada,<br />
tu hielo, estatua de sal, <br />
mi turbio sueño apuñala. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Verso y Prosa: época 1, año 1927, Enero, número 1</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dyVdGnv98CAiKBpoqfO_KUPiGyANt3z4G5tu69JiquMMVoUam_lJ7i_ygbIgHDWtWOYeMmKXkvLgy2y7xcnvw' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i><br />
</i></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-41162511425017896502011-09-06T01:18:00.000-07:002011-09-10T14:52:27.737-07:00Sonetos a SibilaYa aguardan en el álbum de la puerta <br />
el blanco delantal, la cofia blanca <br />
—al flanco, el escorzado corzo, abierta <br />
el ala de tu nombre sobre el anca—, <br />
<br />
y Amor, ágil remero de mis brazos <br />
a cuya sed son tus rodillas fuente, <br />
remonta, en curva de impalpables trazos, <br />
de tres en tres peldaños, la corriente. <br />
<br />
Confía el tiempo su vellón de estrellas <br />
al resbalar dormido de tus manos <br />
—nebulosa de olor, gravita en ellas <br />
un girar de praderas y manzanos—, <br />
<br />
y tu retrato inventa en mi cartera <br />
la geometría de la primavera. <br />
<br />
*** <br />
<br />
Tu aliento en ancha pleamar resbala <br />
hacia el puerto desnudo de mi pecho, <br />
y mis deseos de una sola ala <br />
ametrallan mi insomnio, desde el techo. <br />
<br />
Mírame aquí, frente a la primavera, <br />
frente a tu amor, mudando voz y pluma, <br />
haciendo de mi verso enredadera <br />
en que es blanca la flor, verde la espuma. <br />
<br />
El ecuador que mis riñones ciñe <br />
como un ojo en espanto se dilata, <br />
y el fresco zumo de mis sueños tiñe <br />
las yemas de tus dedos de escarlata. <br />
<br />
Mientras mi labio sorbe tu secreto <br />
en la constelación del alfabeto. <br />
<br />
*** <br />
<br />
En tanto que tu cielo en flor repasa <br />
su lección de solfeo cada día <br />
tu recuerdo, acuñado en grácil asa, <br />
en mi trémula palma se extravía. <br />
<br />
Buscando en tu mejilla el mejor fruto, <br />
su vuelo ensaya mi latido mozo <br />
sobre este lecho en prematuro luto <br />
que, sin ti, desnivela mi sollozo. <br />
<br />
Ya de esperar, ya de excavar en vano <br />
vacías hornacinas de desvelo, <br />
desfallecen mis ojos y mi mano <br />
mientras riega mi voz el terciopelo. <br />
<br />
Del eco, en el verdor de cuya axila <br />
mi sed hacia tu labio se encarrila.<br />
<br />
***<br />
<br />
Vuelvo a encontrar tu infancia en la sortija <br />
que tus dedos acercan a mi labio <br />
y a cuyo roce afino como en lija, <br />
la yema del recuerdo, en tacto sabio. <br />
<br />
Peces de celuloide, en mi memoria <br />
sobrenadan, de pronto, confundidos, <br />
el pie descalzo, la jaculatoria, <br />
el trompo, el mar, los árboles con nidos. <br />
<br />
El Ángel de la Guarda —azul niñera <br />
de alas encañonadas—, la dormida <br />
sonrisa con que flota en la bañera <br />
el alma, piedra pómez no sentida. <br />
<br />
Y, rigiendo mis pasos, ignoradas <br />
todavía, tu voz y tus miradas. <br />
<br />
*** <br />
<br />
Desnuda, aquí, en mis manos, y tan tierna <br />
como un trozo de cielo entre tejados, <br />
sonríe mi esperanza que gobierna <br />
el sesgo de la suerte y de sus dados. <br />
<br />
Su dedo rosa enseña a hablar al mapa <br />
y tiene en equilibrio mi secreto <br />
mientras profunda y lentamente empapa <br />
del color de tus ojos mi esqueleto. <br />
<br />
Ahora que hace girar contrariamente <br />
la aguja que registra mis sollozos, <br />
en su carne mi muslo zumbar siente <br />
un ágil brinco de deseos mozos, <br />
<br />
Y vuelve, en torno a tu cintura, el brazo <br />
a hallar la exacta curva del abrazo. <br />
<br />
*** <br />
<br />
¡Cómo en mi cinto pesas, oro mío <br />
de amor que haces anillo de la vida <br />
en torno a esta columna de vacío <br />
donde jadea mi ansia desvalida! <br />
<br />
Del sueño en los avaros anaqueles <br />
—confusas luces sobre vidrios tristes— <br />
se alinea, vendimia de troqueles, <br />
la inagotable piel con que me viste. <br />
<br />
Así hoy, mañana, eternamente. Apenas <br />
la mano en que hace nido el pensamiento <br />
al numerado pulso de tus venas <br />
consigue acompasar su movimiento: <br />
<br />
que cuanto más y más tu entraña apura, <br />
más rica de tu abrazo es mi cintura. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Meseta: época 1, año 1928, Abril, número 4</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwV6dEqdeX341uvg0ClJH70M-M81QUyolAEBxkBII8q-vnkN3OLh7fIziX98KfekC7d0F3_Injcb69JZHWqIA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i></i></div><a name='more'></a><i><br />
</i></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-46983848752751176392011-09-06T01:08:00.000-07:002011-09-08T03:23:48.543-07:00Salamanca (Academias)Ciudad, a tu amoroso<br />
regazo, al puerto de tu paz confío<br />
a que halle en ti reposo,<br />
este divagar mío, <br />
automático nauta de tu río. <br />
<br />
Anclado el pensamiento<br />
entre el puente nuevo y la romana,<br />
tu viva calma siento<br />
que el profundo me gana<br />
donde la fuente de mi verso mana. <br />
<br />
Del río en la ribera,<br />
al encendido ocaso se apeldaña <br />
la lírica cantera<br />
de tus piedras, y baña<br />
sangre de siglos tu perenne entraña. <br />
<br />
Y el sol, con temblorosa<br />
mano, halaga tus moles torreadas, <br />
deshojando la rosa<br />
de oro de tus fachadas <br />
sobre las aguas, de álamos rizadas. <br />
<br />
*** <br />
<br />
¡Río, sesgado brío<br />
que el verde teso del ferial cabruña, <br />
rigiendo, orilla al río,<br />
cuerno, esquilón, pezuña<br />
que el campo libre en episodio acuña! <br />
<br />
Aquí, en el estuario<br />
de tu civil hervor, donde el paisaje,<br />
sintetizando el vario<br />
verdor de su oleaje,<br />
reverente a tus puentes da peaje. <br />
<br />
Deja que alce mi tienda,<br />
y, a vista del paisaje campesino, <br />
hacia ti el ala tienda<br />
mi pájaro adivino<br />
que excede en la mecánica del trino. <br />
<br />
—Mi verso, digo: Verso<br />
cartógrafo de ensueños y de estrellas—.<br />
Sobre tu cielo terso<br />
rastreando las huellas<br />
de mi futuro, que en tu entraña sellas. <br />
<br />
*** <br />
<br />
No estampa intercambiable<br />
en la memoria, tu contorno ofrece <br />
a los ojos —mas cable<br />
a que atada se mece<br />
de hoy más mi vida, y en tu paz frutece. <br />
<br />
Que en tu ribera espera,<br />
sediento, el labio hallar por fin la pura <br />
agua que desaltera,<br />
y aguarda mi ventura<br />
que al cabo habrá de hurtarse a la aventura. <br />
<br />
Amor sus frescos ramos<br />
me tiende ya: en la hamaca de la brisa, <br />
tremolando reclamos<br />
con ágil mano, irisa<br />
el quitasol azul de su sonrisa. <br />
<br />
Tras su llamado, vuelo,<br />
dando el pasado al diente del olvido: <br />
que el porvenir en celo,<br />
en el hondón mullido<br />
de su regazo hoy quiere armar el nido. <br />
<br />
*** <br />
<br />
Tanto cuanto mi vida<br />
dure, vélame el sueño, a mi amor vela, <br />
ciudad. Y cuantas mida<br />
horas mi vida, estela<br />
de amor daré a tu gracia, y centinela. <br />
<br />
Y en tanto que a la noria<br />
de tu quietud mi paso se encadena, <br />
baña tú mi memoria<br />
con la gracia serena<br />
que amor alumbra en tu profunda vena. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá </div><div style="text-align: right;">Salamanca. Madrid. 1927.</div><div style="text-align: right;"><i>Verso y Prosa: época 1, año 1927, Julio, número 7</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzbFUL-Abc7N0m1EHcJHIbUtVVop9VpgXMS2ggK1JoaieyM8HbkXX9h17isV0ieksxNFCsyiIdzibF3MmPj9Q' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i><br />
</i></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-33050448537129397462011-09-06T01:04:00.000-07:002011-09-08T03:18:06.293-07:00Puertas y arrabal del sueño 1 <br />
Ya se ha callado... <br />
Ahora <br />
parece que se aleja. Isla de pausa <br />
transparente, el instante <br />
levanta al sol en su peana frágil <br />
el ademán atento, pensativo, <br />
las inclinadas frentes, <br />
esa mano que ofrece su aconchado <br />
pabellón al oído receloso, <br />
esa otra a cuyos dedos blandamente <br />
—abierta está en desmayo sobre el pecho— <br />
se enreda un hilo tenue de latidos. <br />
<br />
Ya se fue. <br />
El cielo arriba, el agua en torno <br />
de esta flotante urna misteriosa. <br />
Y dentro tú y yo: dentro, <br />
única, rumorosa, desvelada <br />
conciencia del silencio<br />
puesta atónitamente a hallar sentido <br />
al cortado sollozo que de pronto <br />
llega —temblor de cielo subterráneo, <br />
de amarga fuente o corazón salobre— <br />
a puntuar de intermitente espuma <br />
el breve cerco de esta paz de tregua.<br />
<br />
2 <br />
Rey loco de la vida, <br />
capitán de sus juegos, mano abierta <br />
por donde se iba en desatado lujo <br />
el oro troquelado de sus horas <br />
—hoy despoblado sueño como guante <br />
sin la mano carnal que lo colmaba <br />
¡de ademán, de sentido, de volumen! <br />
<br />
Loco rey de la vida, era tu vida, <br />
cresta de espuma en ola pasajera, <br />
tu pobre caudal solo, la delgada <br />
capa de tu alegría <br />
—¡ay, garbo, y la soberbia fantasiosa!— <br />
lo que echabas por tierra ante tus pasos: <br />
nunca tu pecho ni, si los abrías, <br />
tus brazos, centro y diámetro del mundo. <br />
<br />
Cifrar pensaste el mar, su movimiento: <br />
su ardiente sal, con el vaivén estéril, <br />
se tiende hoy a morir entre tus manos. <br />
¡Y tanto sol aún sobre la tierra! <br />
¡Tanta nueva edición del mismo tedio <br />
te ha de llegar puntual cada mañana! <br />
Si se quebrase el hilo, o si la curva <br />
magnífica del sueño se cerrara!... <br />
<br />
Mas tú, vuelto de espaldas al futuro, <br />
barajas solitarios de recuerdos, <br />
y en los frágiles naipes <br />
con cada día hacia el pasado embarcas <br />
sombras frustradas que ahora, en tu memoria, <br />
cobran de pronto carne de aventura: <br />
si no te da el presente tierra firme, <br />
aguas tiene el ayer no navegadas <br />
y un sol que en el cuadrante <br />
vuelca una hora eterna —la del alba.<br />
<br />
3 <br />
1910, 1920, 1930 <br />
—ocho años, dieciocho años, veintiocho años: <br />
fronteras. <br />
Y ahora, aquí, sobre el agrio filo de la treintena, <br />
la misma cuerda, la misma, gastada, <br />
deshaciéndose en ardoroso polvo, tensa, <br />
al restregón continuo, <br />
hasta dejar desnuda a lluvia y aire <br />
la roja hebra del alma, <br />
hasta que caiga en el bostezo eterno <br />
el cabo requemado al lento frote <br />
—un día y otro día, una noche, infinitos <br />
días y noches— contra el dentado espinazo del hastío <br />
cuyas vértebras se cuentan por los dedos <br />
del insomne recuerdo, por las citas perdidas <br />
y el amargor de boca de la mañana que sigue <br />
inexorablemente al goce conseguido, <br />
por la congoja y el ansia perennes y su latido alterno <br />
y por los balbuceos justos en que cabe una vida.<br />
<br />
4 <br />
¡Qué ardiente cuerpo tomas, renacida <br />
en el regazo de la sombra cómplice, <br />
para trepar —hierba de bronce al rojo— <br />
por el tapial desnudo de mi pecho, <br />
mi convidada, no de piedra, forma <br />
carnal, articulada, a punto siempre <br />
con la noche a esta mesa en que, vendados <br />
los inútiles ojos, hace a tientas <br />
plato de sus rebaños la memoria! <br />
<br />
Más apretada de volumen vivo <br />
que en el ayer vivido, me combates <br />
con presencia de proa —hasta la arena <br />
del retiro más hondo ara tu empuje—. <br />
Como en luna de acuario <br />
el gesto, la mirada <br />
filtras, para buscarme, <br />
rayo de negro sol, por el combado <br />
vidrio, opaco fanal, jaula del sueño, <br />
hasta oprimir mi pecho y mis rodillas <br />
con el ahogo en peso de tu bulto.<br />
<br />
No sabidos senderos te me vuelven: <br />
luego, en reptante huida <br />
de marea en reflujo, te diluyes, <br />
por no sé qué caminos, en la entraña <br />
sombría que otra noche <br />
ha de tornar a darte <br />
cuerpo infinitamente y ardor vivo, <br />
mientras tu fuga una apariencia mía <br />
tendida sin amparo de conciencia <br />
deja en confusos lienzos <br />
de mudo sueño y roto desvarío, <br />
y, desierto, en mis manos abandona <br />
el abrasado nido de tus pechos.<br />
<br />
5 <br />
Cuántas cosas que sé, que no he cazado <br />
con mis sentidos —de segunda vista, <br />
de oídas, todas de segunda mano <br />
—aquella playa, aquella gruta, el monte <br />
aquel, y ríos, mares, cielos, selvas <br />
que no he de gozar nunca en cuerpo y alma, <br />
el mundo vivo en cifra, dos renglones <br />
de abreviaturas en mi pensamiento, <br />
deformados fantasmas de intangibles <br />
realidades, flotando <br />
en la frágil conciencia de un fantasma... <br />
(¡tan lejos queda la verdad de bulto!) <br />
<br />
Pero ¿y tú, cerca y cotidianamente <br />
asequible a mi tacto y a mi oído. <br />
¿A mis ojos presente? ¿Y yo, a tu alcance? <br />
el uno para el otro —cada uno <br />
para todos— apenas <br />
el signo, infiel acaso, <br />
mal traducido a nuestra lengua siempre, <br />
de un mundo con océanos de añiles <br />
aisladores en torno, <br />
y cuyas formas —lejos y de espaldas— <br />
está soñando en inexacto sueño <br />
un afán sin descanso ni medida.<br />
<br />
<div style="text-align: right;"> José María Quiroga Plá </div><div style="text-align: right;"><i>Los cuatro vientos: época 1, año 1933, Febrero, número 1</i><br />
<div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwwYa4fRnBfufagzWLMnVzaPM-kNd_FrdbfJEGDErtBocWBwJjWiPlisOvFpN9ZAWyN7TxTetb2qRMeh2gn6A' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i><br />
</i></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-14023750328418422602011-09-06T00:44:00.000-07:002011-09-08T03:03:26.940-07:00Delgadina<strong>A Pedro Caravia </strong><br />
<br />
Ya se muere Delgadina. <br />
Delgadina, rosa galana: <br />
¡qué delgada sed de vida <br />
pidiendo una sed de agua!<br />
<br />
A los pies del lecho <br />
le mana una fuente clara. <br />
Otra fuente —doble— el pecho, <br />
¡ay, qué dos colmenas blancas! <br />
<br />
Señora Santa María, <br />
con las mangas remangadas, <br />
trae un vaso de agua fría: <br />
¡qué claro diamante de agua! <br />
<br />
A los pies del lecho, <br />
la fuente manando plata. <br />
El pecho, en mellizos hilos, <br />
dando miel de las entrañas. <br />
Amortaja el frío cuerpo <br />
el cristal de la mañana. <br />
Retiñe en el cristal duro <br />
un alerta de hombres de armas. <br />
Delgadina, transparente <br />
de virginidad helada. <br />
¡Qué pábilo, consumido <br />
de pasión, el alma! <br />
¡Qué llanto sin vocerío, <br />
en la torre más alta! <br />
<br />
(Llega por los corredores <br />
el padre, hecho un rey de espadas. <br />
Quiebra un relumbrón de hierros <br />
en el umbral de la estancia.) <br />
<br />
Tapices y cortinones, <br />
ojeras de enamorada. <br />
Están mancebos desnudos <br />
ante las puertas cerradas. <br />
Tienen el sol en la mano, <br />
en jarras el otro brazo: <br />
sotas de oro de baraja. <br />
—Jinetes campeadores <br />
giran bajo las ventanas. <br />
Uno, la luna en la mano. <br />
Otro, con un vaso de agua. <br />
Aquel, espadón tajante. <br />
Voltea el otro una maza. <br />
<br />
¡Delgadina, Delgadina! <br />
Ya es el rey padre en la estancia. <br />
Al pie del lecho, la fuente <br />
reza un rosario de plata. <br />
Las fuentecillas del pecho <br />
llanto de sangre manaban. <br />
En sus brazos, Delgadina, <br />
la señora te brizaba. <br />
<br />
—Duérmete, rosa pulida <br />
(¡qué bramar, el rey de armas!) <br />
duérmete, blanca paloma <br />
con las dos alas cortadas. <br />
<br />
La torre, que era de naipes, <br />
el viento la derrocaba. <br />
<br />
Zumbó en el viento el enjambre <br />
de abejas de la mañana. <br />
<br />
¡Ay, Delgadina, rosa amorosa! <br />
¡Ay, Delgadina, rosa galana! <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Litoral: época 1, año 1926, Diciembre, número 2</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxjCH5wP9oCYBfDTbvW9oVbNF_IcF980l0K2S7eyIWQXSxDQ68y5VQ2MRyjTUBPMNiApIsRLeIXF4Ih80mdIA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><br />
</div></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-3034668406521619792011-09-06T00:36:00.000-07:002011-09-10T14:52:49.179-07:00Cinco sonetos a Sibila1 <br />
Tu dedo en alto, huso diamantino,<br />
tuerce y enrolla el hilo de mi vida,<br />
y es en la abierta palma, resumida,<br />
la rosa cardinal de mi destino. <br />
<br />
Con la paloma y con la palma, un fino<br />
perfil fraterno ofrece si, tendida,<br />
—lunar ramo de almendro— a amor convida<br />
que a su nevada concha haga camino. <br />
<br />
Con cinco puntas de marmórea rosa<br />
geometriza esquemática la estrella<br />
que pone al coro de mis horas centro. <br />
<br />
Caracola de amor, cuya voz glosa:<br />
mi verso, que su gracia toma de ella,<br />
cantando como un pájaro está dentro. <br />
<br />
2 <br />
¡Oh, blanco almendro en flor!, en vano el ave<br />
de la esperanza en tu ramaje espera<br />
colgar el nido, en vano considera<br />
tus frescos brotes mi mirada grave. <br />
<br />
No has de ser mía más que lo es la nave<br />
del ojo que la sigue en la ribera.<br />
Las verdes hojas de tu primavera<br />
no han de ceñir mi sien. Mi amor lo sabe. <br />
<br />
Mas no podrás quitarle a mi deseo<br />
las alas, ni al ensueño que alimente<br />
mi vieja sed con aguas de tu noria; <br />
<br />
ni que, entallados como en camafeo,<br />
los rasgos de tu gracia adolescente<br />
sean clave de amor en mi memoria. <br />
<br />
3 <br />
Cóncava de tu ausencia, cada hora<br />
la muda playa de mi vida llena<br />
de húmedas algas, vegetal melena<br />
que el sol de tu recuerdo entrenza y dora. <br />
<br />
Orilla al mar, Sibila mía, ahora,<br />
con desnudo talón, en la morena<br />
costa, pisa tu pie, sobre la arena,<br />
la espuma rosa y malva de la aurora. <br />
<br />
A la tierra, a la mar, a los luceros,<br />
con firme puño impones tu albedrío,<br />
un haz de riendas preso en cada mano. <br />
<br />
Y, a lomos de los vientos marineros,<br />
al Polo de tu amor el amor mío<br />
asesta el arco de su meridiano. <br />
<br />
4 <br />
Si exánime, flexible simulacro<br />
de tu mano que rige mi universo,<br />
el guante espera —hambriento de tan sacro<br />
volumen—, forma y vida. Así mi verso. <br />
<br />
Mi verso así, del soplo que traslada<br />
a su secreta entraña el errabundo<br />
perfil y la alegría dilatada<br />
que mueve el vasto corazón del mundo. <br />
<br />
Perfecta estrofa, el guante que encarcela<br />
en ejemplar esquema tu más pura<br />
gracia; con dúctil piel, cela y revela<br />
<br />
el verso mi apetito de hermosura, <br />
y en rima el verso, en ademán el guante,<br />
engastan en su curva tu diamante.<br />
<br />
5 <br />
Con el farol, alondra de la esquina,<br />
el organillo vesperal soborna<br />
tu soledad en que mi voz patina<br />
y el párpado de amor velado entorna. <br />
<br />
Dócil telegrafista, su mecánica<br />
ala inscribe su giro en tu regazo,<br />
traduciendo a tu oído el ansia adánica<br />
que fluye en la sangría de mi brazo. <br />
<br />
Y si en tu corazón la manivela<br />
de mi suspiro circular convoca<br />
tus balbuceos a la pasarela<br />
<br />
tendida de mis ojos a tu boca, <br />
el mismo acorde enlaza —o ya resume—<br />
tu añoranza, mi sed y tu perfume. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Mediodía: época 1 año III, año 1928, Febrero, número 10</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxToMkBbS05Bu3THL5kkB5EYZRlQxKAHhQq45tvXu7qI43ivjBbirXC_7TRRUkDBF1ZUWMXqJl602chxgUH' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i><br />
</i></div></div>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-20341171219529893402011-09-06T00:30:00.000-07:002011-09-08T02:59:03.365-07:00Baladas para acordeón<strong>Don Bueso</strong><br />
Biribís de la fortuna <br />
y sueño del caballero.<br />
Naipes. Oro. Amor. Botellas.<br />
Centrando la rueda, el tedio. <br />
<br />
Dura palidez agraz <br />
de muslos, vientres y pechos <br />
que un ardor concupiscente <br />
goza, sobre fondos negros.<br />
Chapuzar desesperado.<br />
Labio que desgarra el beso.<br />
Enjambre labrando el torso <br />
del San Sebastián eterno. <br />
<br />
Desatentado viajar <br />
que siembra de brasa el cerco <br />
de los mundos. Extravío <br />
de sonámbulo en su sueño.<br />
Pasos, por un laberinto <br />
de desamparos gemelos.<br />
Frenesí desnudo. (A rastras, <br />
un monólogo de hierros).<br />
Soplo de hielo, en el hombro <br />
posando apenas los dedos.<br />
—En un recuadro de sombras, <br />
colmando ojeras de hueso, <br />
cuajan talladas miradas <br />
los panales del silencio.— <br />
<br />
Anchas losas de las horas <br />
cuadrado revés del tiempo, <br />
en cuyos fríos biseles <br />
lima su filo el ensueño.<br />
La rueda de la fortuna, <br />
paralítica en el cero.<br />
(Gayola del costillar. <br />
Dentro, el pájaro del miedo, <br />
con el batir de las alas, <br />
nieva a la vida su fuego.) <br />
<br />
Un campaneo remoto <br />
hunde los yunques del eco, <br />
y el pasado, marcha atrás, <br />
arma de adioses el cielo.<br />
Gallos de la matinada <br />
riegan el nocturno huerto <br />
con sus alertas en rueda <br />
escarchada de luceros.<br />
Fuga, del azul al nácar, <br />
por violetas intermedios.<br />
Morosidad temerosa<br />
del párpado entreabierto.<br />
Cauto resbalar, por tránsitos<br />
velados, al desperezo. <br />
<br />
Un agrio regusto flota<br />
en el paladar del sueño.<br />
...Mas ya los ojos recobran<br />
su virginidad de espejos,<br />
y en nuestra mano de esponja <br />
la rosa del día nuevo. <br />
<br />
<br />
<strong>Diana de la aventura </strong><br />
<br />
<br />
Chopo en la ribera oscura.<br />
Entrecejo ante el espejo,<br />
palmas de llama en ofrenda.<br />
Amargos rictus de «oremus».<br />
—Pasa un viento de pasión<br />
tallando el instante en gestos.—<br />
<br />
<strong>(</strong>Esta frente descubierta, <br />
ceñida, en la sien, de hielos,<br />
—esta arrogancia de hinojos,<br />
—este desvarío fiero<br />
de la mirada —estos labios,<br />
helados de titubeos, <br />
—¡estos brazos extendidos <br />
en que se desmaya el pecho!...) <br />
<br />
El reloj rige, en la sombra, <br />
el pulso de lo patético.<br />
Lunares clarores quiebran, <br />
diagonalmente, el silencio.<br />
Por el abierto postigo <br />
entra, pájaro perdido, <br />
el zumbar de los luceros. <br />
Y en los rincones se mecen <br />
guardarropías de ensueño. <br />
<br />
Toda la noche es zaguán <br />
a la soledad abierto, <br />
hirviéndole los quiciales <br />
con la carcoma del eco <br />
—y este pasmo, frente a frente <br />
de sí mismo, puerta adentro—. <br />
<br />
Fuera, en la unánime losa <br />
nocturna, se alza soberbio <br />
un rebote de herraduras, <br />
batiendo chispas en ruedo.<br />
—Clarín de diana. Avisores <br />
ardores tascando el freno.— <br />
<br />
Se agrieta la arquitectura <br />
de naipes del aposento.<br />
Todo filos el perfil, <br />
hendiendo a fondo el silencio, <br />
sobre su tendida sombra <br />
se revuelve el caballero, <br />
duro ramo de heroísmo, <br />
quebrando el vaso del sueño. <br />
<br />
(Corvos alfanjes, afuera, <br />
tajan el celeste pecho, <br />
y un fino viso escarlata <br />
calca el horizonte ciego.) <br />
<br />
¡Cauce de la matinada, <br />
entre las tinieblas seco! <br />
Ya la riada del alba <br />
viene rodando, a lo lejos.<br />
Suelto el rendaje, el jinete <br />
galopa hacia el sol, frenético: <br />
<br />
Las frescas ondas del día <br />
se estrellan contra su pecho. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá </div><div style="text-align: right;"><i>Litoral: época 1, año 1927, Octubre, número 5,6,7</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxTW0Spd_ggrmo0mpPOAwDxlVuQ2C4hpHX0mYHJJlU9SkMjeb0TZ4mfgKa7HddEVUeAkQvQtyP4fr7uaTBjbw' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><br />
</div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-31663481262604703192011-09-06T00:23:00.000-07:002011-09-08T02:33:30.558-07:00AcuariumEl alma, toda ventana,<br />
diáfanos cristales de ocio <br />
—apretada geometría, <br />
aurífice del contorno—, <br />
al reflector del poniente <br />
opone, en profundo biombo. <br />
<br />
Tiende el recuerdo sus algas <br />
de opaca seda, en el pozo <br />
del pensamiento, a las playas <br />
atlántidas de su fondo,<br />
y raya, al sesgo, el diamante <br />
dormido, con ciegos ojos,<br />
el futuro. (Tangencial<br />
fuga. Arabesco de monstruo.) <br />
Sobre combas desnudeces <br />
de arena, mece el otoño <br />
rubias estrellas de mar<br />
a que el verde enfría el oro. <br />
<br />
En madreperleras cuevas, <br />
cifran acordes armonios <br />
la espontaneidad difícil <br />
de la marina en reposo. <br />
Submarinas caracolas <br />
caracolean sus coros,<br />
y arpas de coral se cuajan <br />
de medusas y sollozos. <br />
<br />
¡Oh arco-iris abisal! <br />
<br />
... Resbalando bajo un flojo <br />
velo de cernidos verdes, <br />
blanca luna nueva el rostro, <br />
¡mi sirenita de tierras,<br />
casta y desnuda en el hondo <br />
playerío, trae un ramo<br />
de risas a mi monólogo! <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Verso y Prosa: época 1, año 1927, Septiembre, número 9</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: left;"><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwfzSi4jatJ7-W95G0LW_zhGHKh8NVxNc95Z_FvLwRDHCNFNRx8vMlEAfSzRiKjouvH3rEuAAq_H3Vq-hZQdA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: left;"><br />
</div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-32757727652980723942011-09-06T00:21:00.000-07:002011-09-08T03:40:32.732-07:00Sórdido navegante de este frío lechoSórdido navegante de este frío <br />
lecho, en cuyo arenal impares huellas <br />
puntean de un quebrado escalofrío <br />
mi soledad sin voz y sin estrellas, <br />
<br />
cada día, al morir, me arroja, inerme, <br />
sobre la costa en que el recuerdo espía <br />
el umbrío regazo donde aduerme <br />
mi soliloquio su ansia de vigía. <br />
<br />
¡Vigía-buzo, en sueños, mi esperanza! <br />
Buzo en las galerías submarinas <br />
de cuyo seno hacia mi pecho avanza <br />
tu sombra, vena pura de sus minas, <br />
<br />
clave del sueño en que a mi carne aprieto <br />
tu ausencia y mi sollozo en esqueleto. <br />
<br />
<div style="text-align: right;">José María Quiroga Plá</div><div style="text-align: right;"><i>Héroe: época 1, año 1932, número 4</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxx19GQVzMIgF7_1AzgI_qqLbXPTZSIwf-yDrkG_CVIpO7SHIR2KH0QW_vmY4xkRAMzVwgNxImrNSd_zex7jA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i><br />
</i></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3355106135770419015.post-91396708356142641702011-09-05T08:47:00.000-07:002011-09-08T03:09:05.325-07:00Oda a Salinas<span class="Apple-style-span" style="background-color: #fff2f7; font-family: Verdana, Arial, Helvetica; font-size: 12px;"></span><br />
<div class="Título" style="font-size: 18px; font-weight: bold; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 1em; padding-right: 1em; padding-top: 1em; text-align: center;">Oda a Salinas</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Hoy mi amistad estrena<br />
por ti con virgen pie montes y llanos,<br />
y mar y cielo ordena<br />
en versos cotidianos<br />
en el atlas bivalvo de tus manos.</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Tú, en la playa errabunda<br />
de mi avidez cordial, tiende el exacto<br />
nivel de tu profunda<br />
marea, y selle el pacto,<br />
en páginas de arena, eterno impacto,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">mientras guío el redondo<br />
caudal de mi entusiasmo hacia las minas<br />
de luz en cuyo fondo<br />
tus voces disciplinas<br />
jugando resonancias diamantinas,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">de estrellas en retraso<br />
estrujando racimos en tu pozo,<br />
administrando el paso<br />
al apetito mozo,<br />
en una eterna víspera del gozo.</div><div class="SubtítuloP" style="font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 1em; padding-right: 1em; padding-top: 0em; text-align: center;">*</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Ahora que, peregrino<br />
por pistas de recodos musicales,<br />
frente y saludo inclino<br />
a rozar tus umbrales<br />
verdes con frescas sombras de parrales,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;"> mira que, si no nuevo<br />
verso, sí nueva voz traigo a tu oído:<br />
mi mocedad, al cebo<br />
del canto no aprendido<br />
que teje entre tus dedos su latido.</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">De humanada —si pura—<br />
belleza, me eres fuente —o ya colmena—<br />
que sangre de hermosura<br />
precipita en la vena<br />
que el alza y baja de mi vida ordena.</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Déjame que amaestre<br />
mi agraz inexperiencia en tu madura<br />
madurez, y que adiestre<br />
mis fugas de aventura<br />
en tus campos, cuadrados de mesura:</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Que me doctore deja<br />
en tu suma de esencias y sabores,<br />
y, clandestina abeja,<br />
hurte en tus obradores<br />
secretas cifras de inventadas flores.</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Mi aliento reconstruya<br />
sobre la agenda en blanco de mi vida<br />
la clave de la tuya,<br />
cuyo compás me mida<br />
pulso y pisar, con música no oída.</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">Que yo sé tu incansable<br />
agavillar cosechas de minutos,<br />
segador insaciable<br />
a que rinden tributos<br />
Norte, Sur, Este, Oeste, en flor y frutos,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">y te sé navegante<br />
de cielos, de paisajes y oceanos,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">por brújula el diamante </div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">que alumbra entre tus manos<br />
escorzos y perfiles ciudadanos,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">creando en tu cuaderno<br />
no el solitario estéril de los días,<br />
mas su esqueleto eterno,<br />
sin grúas ni Gran-Vías,<br />
argonauta de todos los tranvías,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">poeta —humano aliento<br />
que el perenne pulmón del mundo exhala:<br />
humo azul no, en el viento<br />
efímero, pero ala<br />
de acero, inmune a zarpa, soplo y bala.</div><div class="SubtítuloP" style="font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 1em; padding-right: 1em; padding-top: 0em; text-align: center;">*</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">A tu costa hoy arribo,<br />
latiendo mis sirenas en jauría<br />
cuyo clamor inscribo,<br />
violento, en la bahía<br />
que abre tu paz ante la audacia mía,</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">piloto sé, y hermano,<br />
a esta mano de ciego que encomiendo<br />
al calor de tu mano<br />
en tanto que desvendo<br />
mis ojos, y a tu oído mi voz tiendo;</div><div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: left; text-indent: 1.5em;">porque no he de volverme<br />
a la mar si tu mano no me guía<br />
a la isla en que duerme,<br />
desnuda —al tacto, fría;<br />
por dentro, brasa—, en perla, la poesía.</div><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: #fff2f7; font-family: Verdana, Arial, Helvetica; font-size: 12px; line-height: 16px;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: #fff2f7; font-family: Verdana, Arial, Helvetica; font-size: 12px; line-height: 16px;">Salamanca, enero 1928.</span><span class="Apple-style-span" style="background-color: #fff2f7; font-family: Verdana, Arial, Helvetica; font-size: 12px;"></span><br />
<div class="Estrofa" style="line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 1em; padding-left: 2.5em; padding-right: 0em; padding-top: 1em; text-align: right; text-indent: 1.5em;">José María Quiroga Plá<br />
<i>Carmen, época 1, 1928 Marzo, Número 3-4</i><br />
<i><br />
</i><br />
<div style="text-align: center;">Versión auditiva de la obra</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzIJfPC6PVrz6S-4xFUg0JEFr94oj2hfk4A8Ffy_Z_eQKv7JWPeeQqShJvd9XkCwqAyUmwABYn_yV9-58wTBg' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><i><br />
</i></div>Unknownnoreply@blogger.com0